DE ABRIGOS Y PERROS

PATIGALGOS ABRIGADOS

 

Salgo de casa como cada mañana con la manada, hace frío, llegaron los días ventosos y húmedos.
Niños y padres esperando el bus que les lleva al colegio, las señoras del pueblo que pasan con sus carros camino del súper y el grupo de andarines que como cada día hacen su rutina de ejercicios. 

Todos miran asombrados observando a nuestro paso a mis galgos abrigados.
Oigo comentar y la pregunta obligada….: -¿por qué pone abrigo a sus galgos?. Unos me llaman loca, otros directamente no entienden.

Es sabido que el pelo es para el perro un manto de protección tanto para enfermedades  como para el mantenimiento de su temperatura corporal. En verano, les protege del calor y en invierno del frio, pero no todas las razas son iguales ni poseen la misma cantidad de pelo eso hace que no respondan de la misma forma ante el frio. Perros de raza pequeña o pelo corto estarán más expuestos a las bajas temperaturas que perros con un pelaje frondoso. Asimismo los habrá que incluso prefieran las bajas temperaturas, sobre todo si son perros de razas originarias del norte o climas fríos

 Está claro que un galgo afgano o un borzoi (galgo ruso), vienen provistos de su propio abrigo ya que son originarios de climas extremadamente fríos. Perros como el galgo español, el piccolo italiano o los podencos canarios, ibicencos o andaluces que provienen de climas más cálidos no poseen el mismo pelaje ni un alto índice de grasa corporal como sucede con el samoyedo o el mastín.

Nuestros galgos y podencos han dejado las llanuras sureñas y las campas castellanas y les hemos proporcionado una vida cómoda en nuestros hogares, donde además de una buena y equilibrada alimentación también se mantienen calientes gracias a la calefacción. 

Al pasar la mayor parte del tiempo en interior el galgo o podenco deja de mantener esa necesidad de aumentar la cantidad de pelo y las reservas de grasa para y por el invierno, esto hace que, aunque si mudan el manto periódicamente. no hay una notable diferencia de cantidad entre las dos estaciones del año; invierno / verano. Por tanto, la usencia de pelaje unida a la baja grasa corporal hace que los galgos y podencos se encuentren entre los animales más frioleros. Ellos al igual que nosotros sufren el cambio de temperatura cuando pasan rápidamente de estar a 24 grados secos del interior a los 2 grados húmedos del exterior.

La mayor pérdida de calor en los perros ocurre durante la radiación, convección, y conducción del calor de la superficie del cuerpo. Conducción es la transferencia del calor por el contacto directo. Convección es la transferencia del calor al medio ambiente mediante el aire o agua sobre el cuerpo. Mientras que la radiación es la transferencia del calor que ocurre si el animal sale al frío sin pelo suficiente o condición corporal suficiente.

Los cachorros y ancianos son los que más sufren las inclemencias del tiempo, ya que pierden más calor corporal por kilo que un perro joven y enérgico, poseen aún menos grasa corporal y no tienen desarrollada su masa muscular, bien porque son demasiado jóvenes o porque han sufrido su pérdida en la vejez.  Perros viejos o mayores han perdido la capacidad de regular su temperatura corporal cuando son trasladados de un ambiente cálido a un ambiente frio, la menor masa muscular  hace que la respuesta de temblar sea menos efectiva. 

Los galgos además son propensos a padecer enfermedades de las vías respiratorias, muchos son los rescatados con problemas de pleura, neumonías mal curadas, asma, traqueteo bronquitis o tos de las perreras. Problemas de soplos en corazón o de articulaciones, artrosis y displasias por excesivo entrenamiento, habitar en suelos duros o lugares oscuros y húmedos durante años y deficiencias óseas por mala alimentación.

Si además nuestro galgo o podenco lleva relativamente poco tiempo rescatado y tiene problemas de piel, falta de peso, problemas gastrointestinales es muy importante que no sufra excesivamente cambios bruscos de temperatura

Podemos decir entonces que nuestros galgos y podencos SÍ NECESITAN IR ABRIGADOS en invierno porque…
- Garantizamos un menor impacto al cambio de temperatura dentro/fuera 
- Prevenimos enfermedades respiratorias si les resguardamos contra la humedad
- Mantenemos sus articulaciones calientes, sobre todo zonas lumbares y cervicales donde los galgos dada su fisonomía tienden a formar contracturas.
-  Evitamos el exceso consumo de energía que el galgo necesitara para calentarse y adecuar su cuerpo a la temperatura exterior y por tanto minimizamos la acción de temblar.
-  Hacemos que el paseo sea menos desagradable no exponiéndolo a esos temibles enemigos; la lluvia y el viento. Porque, como dice una amiga: “ quién que tenga un galgo en casa no se ha sentido en estos días como un buey arrastrando piedras…?”
 

Pero no a todos los galgos y podencos les gusta vestirse, por eso para que no se sientan molestos o encorsetados los abrigos y prendas han de ajustarse bien sin oprimir para permitir una carrera o los movimientos habituales del galgo y ser fabricados con telas de buena calidad que no provoquen alergias. Los forros interiores deberán de ser suaves y agradables al tacto. 

Una prenda de abrigo para exterior dependerá de la climatología del lugar. Una buena opción es que tenga forma de capa de manera que le cubra hasta la zona lumbar y entrada de rabo, una braga larga que pueda cubrir bien el cuello (garganta, cervicales y orejas), una pieza de pecho que le cubra toda la caja torácica. Impermeable que hará función de paravientos además de agua, guata y polar u otra tela agradable al tacto  como la franela.

Así que ya sabéis, ni estamos locos ni lo parecemos. Abrigar a nuestros galgos es saludable y necesario, pero si además elegimos modelos apropiados con los que vayan calentitos y a la moda serán los gráciles modelos que darán color a las sombrías calles invernales de nuestra ciudad.