¿POR QUÉ SE ESCAPAN LOS GALGOS?
En el último año y debido al
creciente interés por la adopción de estos animales cada vez más comunes en
parques, no puedo quedar indiferente ante la cantidad de pérdidas, no hay un
sólo día que no abra Facebook y vea un
nuevo cartel de "GALG@ PERDIDO en…"
La cuestión es si nos estamos
haciendo la pregunta correcta; pues bien la respuesta es:
NO, los galgos NO son escapistas por naturaleza.
NO, los galgos NO son escapistas por naturaleza.
El galgo es un animal
introvertido y cauto, pero no miedoso o excesivamente tímido. Galgos que han
vivido como miembros de la familia desde cachorros, que no han crecido con
traumas son perros sociables, cariñosos y juguetones con personas y otros perros.
Lejos de ser miedosos son animales sumamente curiosos. Por tanto de igual forma
lo serán galgos que aún habiendo sido rescatados de adultos, no hayan vivido
situaciones traumáticas de malos tratos.
El galgo es un animal afectivo,
con una alta inteligencia emocional y relacional, hay que tener en cuenta que
viven en manadas o realas durante toda su vida, y que hasta el momento no hay generaciones
de galgos criados para y por animales de compañía por lo que un galgo como “hijo
único” está fuera de su contexto habitual y tendrá que aprender a vivir
como miembro de una familia humana y en ocasiones con perros que no son de su
misma raza.
Es muy importante saber que por
su condición de perro de caza, cualidad que le condicionará y acompañará toda la vida, no son animales que busquen la aprobación
ni la satisfacción de su dueño, no son animales complacientes que esperen
pacientemente sentados que su amigo humano les tire la pelota para ir a
buscarla. Por el contrario el galgo es por naturaleza independiente en sus
pensamientos, con ideas propias y capacidad de decisión. Por eso, si cuando aprenden a ejecutar una
orden la recompensa no es apetitosa no mostraran ningún interés por
complacernos. Por el contrario desarrollan un apego felino al hogar y una
fidelidad emocional al humano que les da de comer y proporciona una vida
confortable. Por su naturaleza holgazana se convierten en excelentes compañeros
de casa, tranquilos y dulces.
Pues bien, dicho esto y
conociendo un poco más los rasgos generales de esta raza, vamos a analizar el porqué
de estas fugas. Para ello vamos a dividir al galgo en dos grupos
-
EL galgo curioso
-
El galgo inseguro
Es importante
que sepas en cuál de estos dos grupos se encuentra tu amig@ para así poder
establecer una correcta relación con él
El
curioso:
-
Un galgo, bien sea criado en casa desde cachorro
o rescatado que no haya sufrido maltrato no será miedoso, ni desconfiado, ni
arisco ya que si es un galgo bien sociabilizado no le asustarán los ruidos extraños ni los
desconocidos.
Ten en cuenta
que a pesar de ello, si esta recién rescatado o no lleva un tiempo en su nuevo
hogar, no te conoce por lo tanto no confía en ti. La confianza es primordial a
la hora de tratar con estos animales. Al igual que entre las personas se
requiere del conocimiento mutuo y de compartir el adquirir respeto y lealtad.
Por lo tanto si te encuentras en este último caso, aunque tu galgo no tenga
traumas ni miedos. NUNCA LO SUELTES
EN LUGARES ABIERTOS hasta que no haya pasado el tiempo necesario para que se
haya forjado esa confianza.
En ocasiones un
galgo curioso, puede ser una bomba de relojería, da igual cuanto tiempo lleve a
tu lado. Su curiosidad unida a su larga visión y velocidad son muchas veces
motivos de pérdida, bien por extravío o por accidentes.
En este punto el
galgo que ya confía en ti podrá pasear suelto por el campo, el monte o
grandes parques, por lo tanto ningún completo Kit anti-escape te garantiza su
seguridad.
Los animales,
son instintivos primarios de ahí que necesiten pautas concretas y órdenes
concisas aprendiendo por repetición. Si tomamos en consideración la condición
de galgo entonces debemos saber que a un galgo no puedes enseñarle a no irse,
debes enseñarle a volver.
El galgo curioso
corre hacia todo lo que le llama la atención y esté en movimiento, fácilmente
puedes encontrarlo a tu lado de la forma más relajada y antes de que puedas
darte cuenta saldrá corriendo y estará a 200 metros de distancia. Cuando fija
su objetivo, no vale de nada gritarle ni correr tras él, en ese momento ni
siquiera te escucha. Un galgo puede alcanzar su máxima velocidad de 0 a 3
segundos, da igual cuanto grites o corras, hasta que no llegue al punto
fijado para saciar su curiosidad no tomará en cuenta tu llamada.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
● Trabajar
la educación: Al ser animales acostumbrados a vivir en comunidad tienen muy
arraigada la jerarquía, la educación comienza por que comprenda qué lugar les
corresponde en su nueva manada. Ya sea cachorro o adulto, es el último en
llegar y por tanto ha de ser tratado como tal. Evitar la pena y la excesiva
condescendencia, pensar un momento como actuarían entre ellos. El nuevo ha de
ganarse el respeto de los demás. Evitar los excesivos mimos o tomar posesión de
nuestro espacio, no darle de comer mientras lo hacemos nosotros y dejar que nos
sigan permanentemente nos ahorrarán muchos problemas. Ellos no poseen un
razonamiento lógico, ante una mala educación no responderán de la
forma deseada.
● Trabajar
la confianza: Una vez observado que nuestro galgo está bien educado, simultáneamente
progresaremos trabajando la confianza. Debe entender que eres tú quien
proporciona su bienestar, tu hogar es su refugio, tu mano su supervivencia y
que a tu lado nada malo va a pasarle; eso no quiere decir que tengas que darle
una sobreprotección, al contrario debes de sociabilizarlo dejándole jugar con
otros perros y acercarse a curiosear lugares y personas. Dentro de este punto,
trabajaremos órdenes como sentarse o levantarse, salir, quedarse en casa solo y
muy importante la llamada. Debe de aprender que puede alejarse pero ha de
volver cuando le llames, debe ser él quien esté pendiente de ti. La confianza
hará que el galgo desee estar contigo y formar parte de tu vida.
● Trabajar
la sociabilización: Llevándole a lugares donde pueda jugar con otros
perros, haya personas, luces, ruidos. Aunque no sea inseguro son animales que
generalmente vienen del campo por lo que todos estos agentes externos son
nuevos para él.
Dentro de una
buena sociabilización y estabilidad juega un papel muy importante el ejercicio físico,
al galgo le gusta correr, ser perseguido y perseguir. No le prives de ello pues
no es cierto que EL GALGO DE CASA NO NECESITE CORRER. Forma parte de su
naturaleza, de su bienestar y disfruta con ello más que con cualquier otra cosa.
Verlos correr es una experiencia única. Cuando veo a la manada correr por el
campo como si no hubiera un mañana, puedo sentir a través de ellos una infinita
sensación de libertad.
● Trabajar
el conocimiento del entorno: Son animales de campo abierto y grandes
distancias, tienen muy mal olfato pero una excelente vista y son capaces de
orientarse por el sol. La curiosidad les hace ser exploradores natos y en
ocasiones parece que todo el campo es insuficiente. Cuando han explorado un
territorio tienen la necesidad de ir más allá. Antes de pensar que ya tienes la
suficiente confianza para soltarle es importante que conozca el entorno, lo que
a ti te parece una excursión interminable para él es un paseo, así que los
alrededores de tu casa y un poco más allá tienen que ser completamente
reconocidos. Contenedores de basura, ya que son carroñeros, lugares donde haya
comunas de gatos, fincas con otros perros…Esto aunque no pueda ser una garantía
al cien por cien, sí ayudará a que si se despista o extravía, pueda volver a su
casa o a ti saber dónde puede haber ido.
● La
seguridad: Todo galgo debe de ir provisto de un collar especial denominado martingale o anti escape, deben de ser de tela
resistente y anillas fuertes que no cedan fácilmente ante un tirón y sobretodo
que este vaya bien ajustado a su cuello. Una correa de nylon (en este caso da
igual que sea larga o corta), preferiblemente que no pese demasiado, muy
recomendables las correas de tres posiciones que puedes llevar sujetas a tu
cuerpo a modo de bandolera. Un silbato que él reconozca como llamada, te
garantizara que pueda oírte aunque este lejos.
Son muchos los
peligros que acechan a este galgo por lo que NUNCA, por mucha confianza o años
que lleve con nosotros le soltaremos en ciudad por calles donde haya tráfico o
gente y tampoco lo haremos en pequeños parques o plazas. Como he dicho antes, saldrá
corriendo hacia lo que le llame la atención, un gato, otro perro, una persona
conocida lo que puede ocasionar accidentes no deseados o desenlaces fatídicos.
Ten anticipación, conocer a nuestro galgo es poder reconocer el peligro y
poner remedio.
Si le soltamos
en campo abierto o monte que no sea su lugar habitual hay que procurar no
perderlo de vista y saber que reconoce o atiende perfectamente al sonido del silbato
como orden "VEN AQUÍ". Los galgos no suelen perderse pero es fácil que se distraigan o
entretengan si han encontrado una madriguera o algo de carroña que puedan
comerse.
Como suelen
llevarse a la boca todo lo que se encuentran, pon atención a las zonas de
basuras pues aunque está prohibido muchas veces ponen veneno, también en los
parques de ciudades donde anti animalistas lo esparcen en un acto cruel de
terminar con lo que ellos consideran una molestia.
Tener cuidado
cuando soltamos al galgo en un pipi-can, en ocasiones los vallados de estas instalaciones
no son demasiado altos, son capaces de saltar grandes alturas por lo que una
valla de menos de 2 metros no es garantía, sobre todo si puede verse el
exterior.
Sabed que los
galgos pueden desorientarse fácilmente con el viento, durante días ventosos es
preferible sobretodo estando solos sin compañía de otros galgos o perros, no perderlos
de vista. Si van a la contra del viento es muy probable que se alejen y no
puedan oír nuestra llamada.
El inseguro
-
Aunque aquí lo determinemos como un grupo, más
que una característica del galgo, es un estado, normalmente pasajero. Ante este
galgo nuestra mejor arma será el amor y la paciencia.
La inseguridad
viene producida por una vida miserable, llena de malos tratos. Palizas, falta
de alimentos, necesidad de protegerse ante ciertos miembros de una manada en la
misma situación.
Cuando llega un
galgo con estas característica deberemos entender que no solamente esa vida a
dejado secuelas traumáticas, sino que además es la única vida que conoce, le
apartamos de los suyos o recogemos de la calle donde había sobrevivido mucho
tiempo para llevarlo a nuestra casa, pero él no lo sabe. Ha aprendido a ser
desconfiado y temer lo desconocido, por
lo que una ciudad con sus coches, ruidos, luces, gente será algo horrible. Los humanos son seres que pegan
y castigan por lo que mejor huir de ellos.
La mejor arma
del galgo es su velocidad, no es un animal de defensa así que no se enfrentará el miedo atacando, a menos que este acorralado y sin salida, lo que hará será
salir corriendo ante ese sentimiento de terror.
¿QUE PODEMOS
HACER?
● Trabajar la confianza: De la misma forma que lo haríamos con un galgo sin traumas aunque armándonos de paciencia. Muchas veces si somos personas impacientes podemos vernos frustrados al tardar en conseguir nuestros objetivos. Hay que tener en cuenta que cada animal necesita su tiempo ya que no todos son iguales y la vida que les han dado sus antiguos dueños ha marcado su carácter para siempre. No todos tendrán el mismo grado de temor y desconfianza pero lo que es generalizado es que suelen temer a las mismas cosas.
Si esta recién llegado
trataremos en un primer momento de no enfrentarlo a situaciones de pánico.
Suelen tener miedo de los ruidos fuertes como petardos, aspiradores. Las luces
nocturnas y los coches. Hay algunos que temen a las sombras y la mayoría tienen
terror a todo lo masculino: la voz grave, la presencia, el olor...
La unión hace la
confianza, si no hay otros animales en casa a quien el nuevo miembro
pueda tomar como referencia, seremos nosotros quienes tendremos que acompañarle
y enseñarle que ha llegado a una nueva vida donde nada ni nadie va a volver a
hacerle daño.
No se trata de
mimarlo en exceso ni a ceder a todos los caprichos, el simple hecho de estar ahí
cada día, a su lado, abrigándolo y alimentándolo serán suficientes para establecer
un primera aunque frágil relación de confianza.
Sentarnos a su
lado, sin mirar, sin tocar, sin hablar, respetando su espacio e intimidad pero
a su vez regalarle nuestra presencia serena. Un paquete de chuches que le
gusten para que su curiosidad le haga poco a poco acercarse a comer de nuestra
mano le ayudaran a salir de ese estado de aislamiento.
Cuando le hables
hazlo en tono suave, sin movimientos bruscos y si hay niños pequeños en
casa procura que sean educados y respeten su espacio.
● Trabajar
la sociabilización: Son galgos que han tenido muy poco contacto humano, si
no han salido de un zulo en su vida salvo para cazar no saben ni pueden desenvolverse
en una ciudad. Muchos se quedan paralizados y otros intentan huir para
esconderse. Poco a poco comenzaremos dando paseos por lugares y horas poco
concurridas, siempre cercanos a nuestra casa y a las mismas horas, dejaremos
que huela y reconozca su entorno. Nos encontraremos con casos que no son
capaces de caminar más de diez metros antes de quedarse paralizados por el
miedo, no le obligues, deja que se relaje y ofrécele una chuche antes de
continuar, cada día un poco más, veras que pronto es capaz de llegar hasta el
parque.
No le obligues a
enfrentar situaciones desagradables, como pasar cerca de personas o perros,
para eso es recomendable hacer uso de una correa larga (unos dos metros) y
dejarle que sea el cuándo y a qué distancia desea pasar, al principio lo rodeara
pero trascurrido un tiempo se dará cuenta que no hay peligro e irá acortando la
distancia. No le obligues a oler a otros perros pero si alguno se le acerca sujétalo
fuerte sin tirar ni obligar pero no le retires, permítele que se le acerquen y
sea él quien ponga la distancia.
Pasea relajado sin miedos ni tensiones, tu miedo e inseguridad son trasmitidos a través de
la correa y lejos de darle confianza lo que provocaras es un estado de
ansiedad.
Lleva siempre
chuches ricas para poder ofrecérselas en casos de entrar en estado de pánico o
ansiedad pero no se las des nunca mientras esté en ese estado. Párate, respira,
relájate o siéntate a su lado en mitad de calle si es necesario, espera a que
este tranquilo y cuando haya pasado, dale la chuche y continua.
Si tiene mucho
miedo procura caminar despacio permitiéndole oler y observar.
● La seguridad.
Con estos galgos no dejes nada a la improvisación, cualquier situación
inesperada puede desencadenar el pánico y la necesidad de salir huyendo.
Conocerlo y determinar que lugares y cosas le producen más estrés nos ayudara
en su rehabilitación.
Usa siempre un
collar anti-escape, bien ajustado a la parte más estrecha del cuello, cuidado
pues si el collar está muy usado la tela está bastante flexible y se desajustan
por si solos haciéndose más grandes pudiéndose salir en caso de tirón, así que asegúrate
de que al ajustarlo no se afloja con facilidad. Una correa larga de unos dos
metros, que puedas ponerte en bandolera.
Si es excesivamente miedoso es conveniente un arnés de seguridad
especial para galgos.
El uso de arneses convencionales no sirve para nada ya que dada la fisonomía del galgo se salen con demasiada facilidad, basta un tirón hacia atrás para que te quedes con él en la mano. Con estos galgos bajo ningún concepto utilizaremos collares tradicionales o los llamados de galguero que tienen el formato del tradicional pero son algo más anchos por un lado, tampoco la combinación de collar tradicional con arnés convencional es recomendable.
El uso de arneses convencionales no sirve para nada ya que dada la fisonomía del galgo se salen con demasiada facilidad, basta un tirón hacia atrás para que te quedes con él en la mano. Con estos galgos bajo ningún concepto utilizaremos collares tradicionales o los llamados de galguero que tienen el formato del tradicional pero son algo más anchos por un lado, tampoco la combinación de collar tradicional con arnés convencional es recomendable.
No lleves la
correa sujeta solo por la mano, introdúcela por la muñeca y dale una vuelta, si
da un tirón es preferible que te deje una marca a la pérdida. NO uses nunca
correas flexi, con un tirón se rompen con facilidad, pero si huye con ella
colgando, la carcasa de agarre de plástico irá tras él haciendo un ruido que el
galgo interpretar como amenaza y no parara de correr.
Si sale
corriendo no salgas gritando despavorido tras él pues se asustará más; intenta no perderlo de vista y avisa rápidamente a la gente de la zona,
conocidos y amigos. Puede que no le cojáis ese día, pero un galgo localizado
tiene muchas posibilidades de ser un galgo salvado.
NO LO SUELTES,
bajo ningún concepto, hasta que no haya pasado un tiempo prudencial contigo y haya
adquirido confianza como para querer permanecer a tu lado y sienta la seguridad
que le proporcionas (esto, no pasa en un mes), ni siquiera en un pipi-can,
cualquiera puede dejar la puerta abierta, puede asustarlo otro perro o una
persona que grita. Si lo sueltas hazlo solo en una finca vallada donde el
cerramiento tenga más de dos metros y medio como mínimo.
NUNCA LO SUELTES
EN CAMPO ABIERTO, puedes perderlo de vista en segundos y no volverlo a
encontrar jamás. Si ya ha pasado tiempo y ha ganado confianza como
para atender a tu llamada suéltalo si está en compañía de otros galgos a
quienes conoce.
Es muy
recomendable que busquéis otros galgos en la zona ya que entre ellos tienen un
comportamiento diferente y seguro ayudarán en su rehabilitación.
Ten mucho cuidado
con dejar abierta la puerta de la entrada, aunque su miedo no les llevara a
salir, no te fíes puede que un ruido inesperado les haga salir corriendo hacia
la calle. No te marches de casa sin echar la llave, son muy inteligentes,
aprenden con facilidad a abrir puertas, cajones etc... Sobre todo si desean
alcanzar lo que hay al otro lado.
RECORDAR QUE LOS GALGOS SON TAN ESPECIALES
COMO IMPREVISIBLES. CONOCERLOS ES AMARLOS Y AMARLOS ES VELAR POR SU BIENESTAR.
DE NOSOTROS DEPENDE GARANTIZAR SU SEGURIDAD
DE NOSOTROS DEPENDE GARANTIZAR SU SEGURIDAD
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